Al cumplirse un mes del femicidio de María Isabel Sperati Aquino, asesinada en la puerta de su casa por su ex pareja y progenitor de sus dos hijos, este viernes 14 de abril habrá una movilización en la puerta del Palacio de Justicia de la Nación para reclamar justicia.

En los últimos dos años y medio, la víctima del femicidio fue a la Fiscalía Nro. 1 de Cañuelas, al Juzgado de Paz, al Juzgado de Garantías Nro. 8 y a la policía para denunciar que era violentada por Gabriel Alejandro Núñez, su ex pareja. María llegó a anticipar lo que estaba viviendo en audios de WhatsApp a sus compañeras del grupo de autoayuda para mujeres en situación de violencia, pero para la justicia nada era suficiente. Frente a la indiferencia del poder judicial, las mujeres que formaban parte de ese espacio de contención decidieron difundir los audios para denunciar la situación, juntarse y convocar a una intervención pública.

Adela es una de las activistas de la convocatoria “Justicia por María” y en diálogo con MD relata como se gestó este grupo que busca subsanar un poco la desidia estatal a la que se enfrentan las victimas de violencia de género.

“Las mujeres que participamos activamente en la organización de esta convocatoria, llegamos a partir de otras mujeres que asisten o asistieron a los grupos terapéuticos de la Organización Shalom Bait. Somos mujeres que quedamos conectadas a través de chats de WhatsApp, porque en algún momento estuvimos en esa organización con nuestras causas. Luego de eso se agregan otras compañeras atravesando la misma situación, en las que todas encontramos puntos de identificación y resonancia con el funcionamiento sistemático del Poder Judicial, en estos casos. Somos mujeres en situación de violencia y madres protectoras”, sostiene.

Tanto en el caso de María como en el de otros feminicidios con resultados trágicos Adela llega a la misma conclusión: “El poder judicial no nos escucha y, si lo hace, nos subestima o desprecia nuestro miedo haciendo una lectura machista, misógina y patriarcal que nos desampara“.

 

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“El motor para movilizar es primeramente exigir Justicia por María. No solo en los términos de una condena rápida y efectiva para su asesino Gabriel Alejandro Núñez, sino también de todos los funcionarios del Poder Judicial de Cañuelas que habilitaron que esto ocurra por no aplicarla la Ley tal y como existe”, señala.

“Más allá de condena rápida y efectiva para el feminicida, pedimos sanciones concretas para los funcionarios del Poder Judicial que atendieron la causa (y de los organismos que estuvieron implicados de una u otra manera permitiendo que esto ocurra por acción u omisión), sino también reparación económica del estado para la familia de María”, enfatiza.

Quién era María

Según relata su compañera del espacio de autoayuda, María era una persona profundamente empática y solidaria. Además muy inteligente, lúcida, articulada y activa.

Le encantaba tejer y tenía su puesto en las ferias de San Telmo y Palermo, por eso la activista feminista, psicoanalista, escritora y artista Cristina Lobaiza convoca a tejer mañana, vestidas de negro, una red que permita emerger de la violencia que nos somete, en recuerdo de María.

“Era una gran madre, que crío dos hijos maravillosos que la salvaron del primer intento de femicidio y la acompañaron en su peregrinación por el Poder Judicial, ya que los criaba sola. María soñaba con un mundo más equitativo y más feminista. Estaba comprometida profundamente con esto”, explica Adela.

Actualmente su ex pareja, responsable del femicidio, se encuentra en prisión preventiva.

Sus dos hijos presenciaron el hecho

En diálogo con MD, Adela cuenta que los hijos de María se encuentran en shock, sufren pesadillas y aún tratan de asimilar la imagen de su progenitor asesinando a balazos a su madre delante de ellos cuando salían para ir al colegio.

“Asimilan la frustración de que, a pesar de haberla salvado en el primer intento, a pesar de la movilización de su mamá para denunciar y sacar adelante la causa, el Poder Judicial no solo no evitó que ocurriera sino que la desprotegió entregándola a su agresor”, dice Adela.

Los menores actualmente se encuentran bajo el cuidado de su tía, la hermana de María, que cambio su domicilio para ocupar el lugar de adulto responsable en la casa de María.

 

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Cuáles son las fallas de poder judicial

Adela, y al igual que miles de mujeres que atraviesan situaciones de violencia y no saben a dónde acudir, destaca que las fallas dentro del poder judicial son múltiples y multisistémicas, en primer lugar porque no se aplica la ley.

“El estado tiene 3 poderes. El Poder Judicial en este caso la entregó, pero el Poder Ejecutivo no cumple con la Ley de Protección Integral 26483, que es una Ley de Orden Público, y el Poder Legislativo, que tiene la Potestad para controlar el cumplimiento de la leyes no controla el cumplimiento de las mismas”, explica.

“Ideal sería promover, a través de una decisión política, un pedido de Declaración de Emergencia. Primero porque acompaña la letra de la ley 26.485. Después porque la agenda nuestra es tan abrumadora, masiva y atrasada que así lo ameritaría”.

Por último, al ser consultada sobre qué mecanismos hay para apoyar y ayudar más allá de asistir o no a la movilización a Tribunales, Adela asegura que lo más importante es la empatía: “Quienes se comprometen con esta causa, aún no pudiendo asistir, pueden bien ser personas en la misma situación, o que no habiéndola padecido la entienden. Lo primero que les pediría es empatía”.

En segundo lugar, “tolerancia cero con la violencia y ser red de apoyo y contención para mujeres en situación de violencia y madres protectoras. Se pone en duda a la víctima sin entender los mecanismos sociales patriarcales por los cuales se encuentra allí. Estén atentas, escuchen, ayuden desde su lugar a toda mujer en situación de violencia o madre protectora”.

Para Adela es importante “asegurarse antes de hacer una denuncia, que estimulamos siempre a hacer, tener una red de apoyo terapéutico con personas especializadas y de red social para la tortuosa revictimización que se atraviesa”.

Sobre María y el reclamo de justicia, Adela asegura que la movilización del 14 es sólo el comienzo: “Habrá más convocatorias hasta resolver esta causa. Y seguiremos visibilizando el accionar del Poder Judicial en todas las causas que conocemos. No más impunidad judicial”.

Y pide a los medios, a la gente de a pie, que viralicen “los audios de María contando a sus compañeras lo que vivió y que colaboren con la colecta que hacemos para su familia y que va directo a una cuenta de su hermana, ya que las ayuda del estado solo llegan después de sentencia firme, lo que puede demorar mucho tiempo. Nos necesitan aquí y ahora y cualquier aporte suma y se valora”, concluye.