Historia de alto vuelo

En la década del '40, en el parsimonioso pueblo de González Catán que ya contaba con unos 2000 habitantes, ha de suceder un episodio de lo que aún quedan repercusiones.

Por Alberto Rubén Misetich

En la década del “40, cursando el siglo XX, en el parsimonioso pueblo de González Catán que ya contaba con unos 2000 habitantes, ha de suceder un episodio de lo que aún quedan repercusiones, aunque con el paso del tiempo los relatos se pueden ir transformando en una narrativa difusa, pero gracias a la memoria del pueblo estos datos adquieren un valor histórico.

Imaginemos que en esa época lo más trascendental de las tardes era el paso del tren, y de pronto se escucha un rugido estrepitoso, que interrumpe la siesta pueblerina,  era el motor de un avión del Ejército Argentino, que al tener que realizar un aterrizaje forzoso se escucha en las cercanías al pueblo. Este descenso obligado, en las afueras de Catán (hoy no tan lejano, ruta 1001 y Conde aproximadamente), en los campos de Cigarroa, hace que los vecinos se aproximen al lugar interesados por el espectáculo, pero uno de ellos, el “mecánico del pueblo”, Nicolás Antonio Derossi, cumplirá un rol distinto. Para todos Nicolás era “Quintino” (31/12/1912-31/08/1987).

Quintino llegó a González Catán a los pocos meses de su nacimiento, hijo de Nicolás Derossi y Josefa Salvadores, se asentaron en la casilla ubicada en la calle Mariano Acosta y Sáenz, vivienda que la línea ferroviaria (CGBA) ofrecía provisoriamente a sus trabajadores,

Se desarrolló en el incipiente pueblo realizando la primaria en la escuela N°11 cuando ésta estaba ubicada en la estancia de Iturralde aproximadamente sobre la actual calle Gallardo al 600.

En su adolescencia comienza a dar sus primeros pasos en la mecánica automotriz, realizando labores en la agencia de vehículos Internacional con venta de combustibles Willard de Homero Mendez (Fot.2) y luego en la agencia de vehículos Chevrolet con estación de servicio YPF propiedad de Federico Melchinguer.

Quienes buscamos con pasión aquellas particulares imágenes de nuestro pasado, sabemos perfectamente que coleccionar es una forma de rescatar. Incluso, muchas veces sucede que aquellas viejas fotos nos impactan de tal manera que nuestro siguiente paso consiste en una investigación más allá de nuestra área, en este caso sobre Aviación Militar Argentina.

Fue así que la nieta de “Quintino”, nuestro personaje en cuestión cedió amablemente algunas fotografías de dicho evento.

Un aterrizaje forzoso, un acontecimiento extraño para un pueblo, un mecánico hábil que resuelve el problema, una anécdota que pasa de generación en generación, una historia mínima pero que se vuelve recuerdo colectivo. Esto también es historia, de la cual aprendemos y reconstruimos nuestro pasado. A través de ella nos acercamos a quienes fueron los pioneros en el poblamiento de nuestro lugar en el mundo.

Guardar la memoria colectiva es una tarea que todos podemos hacer. El IPaHC nace con ese objetivo. Queremos convertirnos en los defensores de la historia de nuestro pueblo, buscamos preservar este patrimonio y queremos contar cada historia.

Con el aporte de los vecinos lo estamos haciendo.

El 13 de octubre, después de cumplir un tema de acrobacia en el Curtiss Hawk 75-O C-609, el piloto sargento ayudante Ricardo Baldan aterrizó de emergencia en un campo de reducidas dimensiones porque cayó la presión de aceite del motor. Al final de la carrera de aterrizaje, el aparato tomó una zanja sufriendo deterioros en el planeador.* Resolución S/N° del 1 de marzo de 1943 – BMR N°1.949.

Punto rojo.  Vista aérea del aterrizaje. Nótese el campo triangular perteneciente a la Fundación Armstrong. Archivo Instituto Geográfico Nacional.
“Quintino” herramientas en mano, con un ayudante probablemente del pueblo.

Piloto aprontándose para el despegue.