Argentina vive una epidemia inédita de dengue con récord de infectados y muertos. ¿Qué hace el gobierno de Javier Milei para enfrentar el mayor brote de la historia de nuestro país y cuidar la salud de las y los argentinos? Nada.

No realiza campañas de prevención, no se ocupa del reponer el desabastecimiento de repelentes o incentivar su producción, y descarta la posibilidad de vacunar a la población. Mientras tanto, los hospitales al borde del colapso y sin insumos. En este escenario, las provincias y los municipios multiplican esfuerzos para hacer frente a la epidemia.

El gobierno bonaerense fabrica repelentes y entrega 10.000 frascos por semana, también algunos municipios realizan operativos, como Hurlingham que realiza fumigaciones y corte de pasto en varios puntos que se informan a través de sus redes sociales.

A su vez, como hay más demanda, los centros de salud necesitan más insumos y los recursos los ponen los gobiernos locales pero sin ninguna ayuda de Nación. “En el medio de una epidemia de Dengue, un Estado Nacional desertor y ausente que no cuida a nadie”, definió hace unos días el gobernador Axel Kicillof a la gestión de Milei.

El dengue no está en agenda

“El dengue no está en agenda” dijo hace unos días el vocero presidencial Manuel Adorni y los hechos así lo vienen demostrando con la ausencia de políticas nacional para mitigar los alcances del brote. Tampoco se lo escuchó hablar al Ministro de Salud de Nación, Mario Russo. Para el gobierno, la responsabilidad de la epidemia actual es del gobierno anterior, al que criticó por la falta de prevención.

El ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, salió al cruce de Nación en una entrevista con el diario Pagina12/: “Un Gobierno nacional que comienza sus funciones un 10 de diciembre, y que sabe que va a tener dengue, no puede asumir sin un plan estratégico. Y acá no hubo, ni hay, un plan contra el dengue”, dijo.

El sanitarista denunció que aún sabiendo de la existencia del dengue no pensaron estrategias de prevención, no hicieron nada con el avance de la vacuna y no financiaron el trabajo con promotores de salud para promover el trabajo articulado con los municipios.

Escasez de repelentes

Desde hace dos semanas, conseguir repelente es una odisea. La demanda no sólo desabasteció sino que también encareció a niveles insólitos: por Internet se venden repelentes a 30.000 pesos. Es evidente que el mercado no regula solo.

En este escenario, la empresa más conocida que tiene un 90% del mercado del rubro dijo que no iba a producir más repelentes. Ya entre cuerdas, el gobierno nacional habilitó la importación de repelentes para mitigar el desabastecimiento tanto en aerosol, crema, spray como gel y podrán comprar importadores y particulares.