Diez años de Francisco, el primer Papa latinoamericano

El Papa Francisco cumple diez años como pontífice de la Iglesia Católica, tras la renuncia de Benedicto XVI por escándalos financieros. Es el primer latinoamericano y jesuita en ser Papa.

Créditos: AFP En su primera aparición pública como Papa Francisco saluda desde el balcón de la Basílica de San Pedro a los fieles

Este lunes 13 de marzo se cumplen 10 años del día en que el argentino Jorge Mario Bergoglio se convirtió en Papa Francisco y asumió el pontificado de la Iglesia Católica. Lo hizo tras la renuncia de Benedicto XVI por escándalos financieros y se convirtió en el primer latinoamericano y el primer jesuita en ser Sumo Pontífice.

Hijo de un empleado ferroviario y una ama de casa, Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936, se diplomó como técnico químico y se formó en la orden sacerdotal. Fue arzobispo de la Buenos Aires pero en 2013 su nombre alcanzó el reconocimiento internacional cuando fue designado el pontífice número 266. Eligió llamarse Francisco, como San Francisco de Asís, el “misionero de la esperanza”, como lo definió alguna vez el propio Bergoglio.

Este 2023, alcanza su primera década como jefe de la Iglesia Católica, cargo que asumió con una misión muy clara: acercarse al pueblo. A la imagen pública del Vaticano le sacó los lujos y le devolvió la austeridad, la sencillez de los humildes. Y la elección de su nombre fue el primer gesto en esa dirección. “Cómo me gustaría una Iglesia pobre para los pobres”, fue una de las frases más resonantes que dijo a pocos días de asumir, una forma de dejar en claro la impronta que tomaría su pontificado. En una entrevista reciente con la agencia nacional de noticias de Argentina aseguró que aún “América Latina es víctima de imperialismos explotadores”.

Lo cierto es que Francisco se propuso reubicar a la Iglesia Católica en el mapa del poder internacional y para ello impulsó una reforma en distintos frentes, sobre todo en los más criticados por la opinión pública: hizo cambios para favorecer la transparencia financiera de la Santa Sede con transformaciones de índole económica, y le dio rango institucional a decretos en cuestiones como los abusos sexuales a menores. Sobre este tema se comprometió públicamente a la “celosa vigilancia de la iglesia” y “tolerancia cero”.

Francisco también es el mismo arzobispo que en pleno debate legislativo del año 2010 lideró la campaña en contra del matrimonio igualitario. Pero la investidura de Papa le dio un giro inesperado a su posicionamiento cuando pidió disculpas a las personas homosexuales. “Creo que la Iglesia no sólo debe pedir disculpas a una persona homosexual que ofendió, sino que hay que pedir perdón a los pobres, a las mujeres que han sido explotadas, a los niños obligados a trabajar, pedir perdón por haber bendecido tantas armas y por no haber acompañado a las familias que se enfrentaron a divorcios o experimentan otros problemas”, declaró en el año 2016. Como Sumo Pontífice su tarea evangelizadora de “encender luces de esperanza en medio de la oscuridad” busca acercarse a todos: jóvenes, disidencias, mujeres, ateos, pobres, indígenas.

En estos diez años, lejos de encerrarse en cuestiones internas, el jefe de la Iglesia se subió al debate internacional en temas de coyuntura política y social, como el cambio climático, la guerra, los bombardeos, la propagación de discursos de odio y fake news. Para Francisco, las redes sociales son claves en esta conversación, ya que desde su cuenta @Pontifex_es interactúa en temas de índole religiosa o de realidad social. “No podemos permanecer neutrales frente al dolor provocado por las injusticias y las agresiones”, escribió hace poco.

En sus apariciones públicas, tanto desde el Vaticano como en visitas a otros países, Francisco pide cuidar por los débiles y los pobres, crítica la desigualdad y eso que llama “economía de la exclusión”. En su célebre exhortación apostólica Evangelii Gaudium postuló: “Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata”.

“No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión”, sostuvo y criticó a quienes “todavía defienden las teorías del ‘derrame’, que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo”.

El mensaje del Papa a los amigos de La Matanza

En octubre de 2016, Francisco compartió un mensaje grabado destinado a los vecinos “amigos” del partido de La Matanza, gracias a la gestión de obispo de San Justo, monseñor Eduardo García.
En sus palabras, el Papa sostuvo que “ser amigos significa trabajar juntos, discutir las cosas juntos, resolver juntos, para trabajar por alguien o por algo”.

“Ustedes son amigos de La Matanza, trabajen por la Matanza, trabajen para que todos los chicos puedan ir al colegio, para que a nadie le falte lo necesario para vivir, para comer, para vestirse, para la salud. Trabajen para cuidar a los enfermos y, sobre todo, los viejitos, que son la memoria de nuestros pueblos”, señaló.