La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, dio un discurso en Plaza de Mayo, en el marco de la conmemoración de los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia, en el que llamó a la “renovación democrática” y convocó avanzar en la construcción de un programa de gobierno a favor de la unidad nacional y la redistribución del ingreso, entre otros temas.

Aunque no dio anuncios ni definiciones de candidaturas de cara a las próximas elecciones, CFK convocó a la unidad nacional y se mostró acompañada por importantes dirigentes del Frente de Todos, como Eduardo “Wado” de Pedro, Sergio Massa y Máximo Kirchner. También la acompañaron referentes de derechos humanos, como Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. “Aunque me quieran matar, meter presa, nunca voy a ser de ellos: yo soy del pueblo y de ahí no me muevo”, dijo.

En una Plaza de Mayo atípica pero colmada a pesar de las tormentas y la oscuridad pasadas las 15.40, CFK hizo un repaso de gestión de los tres mandatos, incluidos los de ella, para demostrar que las cosas no ocurren por arte de magia sino que son parte de una decisión. “Néstor vive en el corazón del pueblo”, dijo frente a la multitud.

CFK destacó los ejes “programáticos” de un nuevo programa de gobierno para la construcción de la Argentina, entre los que remarcó la “renovación del pacto democrático” y la “alianza entre lo público y privado”. Y señaló que “muchas veces para distribuir el ingreso hay que ponerle carita fea a los que ganan mucho”.

Sobre la situación actual, aseguró que el actual Gobierno es “infinitamente mejor que otro de Mauricio Macri” a pesar “de los errores y las diferencias” y consideró que “el crecimiento se lo están llevando cuatro vivos”.

También criticó al Poder Judicial: “Con todos los errores que pueden tener quienes forman parte de un poder ejecutivo y legislativo, la sociedad frente a estos poderes siempre tiene una garantía, la del voto. Porque si no te gustan, tenés en tus manos el voto cada dos o cuatro años. Tenemos que repensar el diseño institucional. No podemos seguir con la rémora monárquica de personas que son designadas de por vida y nunca más rinden cuentas a nadie ni nada. Eso no es de república. Eso no es de democracia“, afirmó.

“El 9 de diciembre de 2015, el nivel de endeudamiento no solamente era ínfimamente ridículo. Las familias tampoco estaban endeudadas, las empresas tampoco. El salario de los trabajadores era el más alto de América Latina, porque la jubilación era la mejor de la región, porque habíamos lanzado satélites y estábamos incorporando tecnología, habíamos peleado contra los fondos buitres”, contextualizó  la Vicepresidenta.

Por otro lado, se refirió al FMI y sostuvo que “debe ser “dejado de lado” para poder construir un programa de país porque si no “va a ser imposible pagarlo” y pidió al organismo internacional que deje “de querer dirigir la política” porque “tenemos que incorporar valor y tecnología para que haya trabajo de calidad”.
“Si no logramos que el programa que el FMI impone a todos sus deudores sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, industrialización e innovación tecnológica, va a ser imposible pagarlo, por más que digan lo que digan”, afirmó.